Ruanda. El corazón del ciclismo de África
El domingo 20 de febrero arranca una nueva edición del Tour de Ruanda. Este año con la participación del equipo Burgos-BH, entre otros, con ciclistas como Ángel Madrazo que estarán en la línea de salida y llevan un par de días ya en el país.. Aprovechamos la circunstancia para repasar la historia y el nacimiento de esta prueba.
En África, las competiciones ciclistas se establecieron, sobre todo, en las colonias italianas y francesas. Eritrea, entonces ocupada por los italianos, sigue hoy en día dando grandes ciclistas pero en la 1ª edición del Giro de Eritrea que se disputó en 1946, la participación estuvo prohibida a los propios eritreos. Otro país que posto hace más de medio siglo fue Burkina Faso. En 1959, el país conocido por aquel entonces como Alto Volta celebró su independencia de Francia con un critérium, invitando a estrellas del momento como Jacques Anquetil y un Fausto Coppi ya en decadencia. Allí enfermó Fausto de malaria. Fallecería poco después.
En Ruanda las primeras carreras llegaron en los 60. Como en Eritrea, también entre ‘muzungus’: blancos. En 1977, al inaugurarse un pequeño tramo de asfalto en la frontera con Tanzania, el Gobierno decidió celebrarlo a lo grande: con una carrera, que luego se convertiría en una importante prueba: el Tour de l’Est. Fueron 300 km a recorrer en 2 días. Cerca de Kigali se disputaban otras carreras cortas, además de una prueba entre dicha ciudad y Butare, llamada ‘Ascension des Mille Collines’. No en vano, el país destaca por sus múltiples colinas.
En los 80, la influencia china era cada vez mayor, y entre otras cosas, mejoraron las carreteras. En 1988 la Federación de ciclismo organizó una carrera por etapas que sería la precursora del actual Tour de Ruanda, e incluso es considerada algunas veces su primera edición. Ganó Célestin N’Dengeyingoma. En 1989 se disputó la edición inaugural con el nombre actual, con tres equipos seleccionados del propio país, y los equipos nacionales de Kenia, Uganda, Burundi, Tanzania y Zaire. El local Omar Masumbuko fue el vencedor. Repitió en 1990. Pero esta edición de 1990 se vio recortada drásticamente por las tensiones políticas. Los tambores de guerra sonaban bien cerca. El conflicto fue a más en 1991 y no habría nuevas ediciones en algunos años. Guerra. Muerte. Genocidio. El ciclismo pasó a segundo plano cuando se luchaba por sobrevivir.
En 2001 volvía a ponerse en marcha el Tour de Ruanda. Más o menos, las bicicletas de carreras que pudieron montar se repartieron entre los jóvenes que parecían más en forma… Bernard N’Sengiyumva fue el vencedor de esta precaria edición. Desde entonces, la carrera ha ido creciendo y ha mostrado al mundo imágenes icónicas de una afición volcada con el ciclismo y ascensiones ya mundialmente famosas como el muro de Kigali.
Cada vez más ciclistas y equipos extranjeros y de más nivel han acudido al Tour de Ruanda. También españoles. De hecho, el español Cristián Rodríguez se convirtió el pasado año 2021 en el primer europeo en ganar la clasificación general de la prueba. Corrió la prueba con el equipo francés Total Energies. Convertida ya en un país de referencia para el ciclismo en África, la UCI confirmaba también el pasado mes de septiembre que en Ruanda se celebrarán los Mundiales de Ciclismo 2025. Será el primer país de África en acogerlos.
El futuro aguarda, pues, grandes noticias para el ciclismo en Ruanda. Pero para los que queráis saber más de su historia, os recomendamos el libro La tierra de las segundas oportunidades. Un fascinante libro de Tim Lewis sobre el ciclismo en Ruanda. Repasa genialmente la historia de un país que se levanta tras la guerra y en el que la bicicleta sirve para cambiar vidas. Como la de Adrien Niyonshuti, que llegó al World Tour de la mano del Team Dimension Data. O la del inventor del mountain bike Tom Ritchey o la del primer estadounidense en disputar el Tour de Francia: Jock Boyer.